Cada año, los colegios maristas de España eligen un lema común que nos guía, como un faro, a lo largo del curso.
Estás en casa son las palabras mágicas que te dice alguien cuando visitas su hogar y quiere darte una verdadera bienvenida. No eres invitado, eres uno de la casa. Y ese es el grado máximo de la hospitalidad, la sagrada hospitalidad de los griegos, cuya no observancia los dioses se negaban a perdonar, de ahí Troya.
Estás en casa es esa incomparable dulce sensación que uno tiene al entrar por la puerta…por muy bien que hayan estado las vacaciones. Es sentirse seguro, cómodo, querido y atendido. Es en casa donde primero aprendemos a hacer nuestras tareas y a ser responsables, pero también donde primero aprendemos a amar, a ayudar y a superar las pequeñas dificultades del día a día. Y en nuestro colegio, marista de espíritu, es, además, volver a la mesa vieja, de madera irregular y orgánica donde todos eran iguales, todos se turnaban para servir, todos llegaban y se iban en el mismo momento. Todos eran uno en la comunidad de Marcelino y se sabía quien era superior porque era el que más se entregaba.
¡Que alegría saberse en casa, con los nuestros! La Buena Madre y San Marcelino nos ayudarán, seguro, a que estos sentimientos se prolonguen todo el curso.