San Marcelino Champagnat fundó el Instituto de los Hermanos Maristas en 1817 como respuesta a la necesidad de educación y evangelización de niños y jóvenes más necesitados, a los que se entregó con entusiasmo sintiendo que “para educar hay que amar”.
Más de 200 años después, una comunidad internacional de hermanos y laicos, continuamos su sueño.
Marcelino nos muestra a María como recurso ordinario bajo el lema «todo a Jesús por María y todo a María para Jesús». Para la Familia Marista, María es la «Buena Madre», en la que se basa nuestra pedagogía.
En los siguientes enlaces dentro de los desplegables, se puede conocer más a Marcelino a través de juegos y vídeos.